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¿Tenemos probióticos para el Síndrome Genitourinario de la Menopausia?

¿Qué es el Síndrome Genitourinario de la Menopausia?

 

El déficit estrogénico de la menopausia tiene distintos efectos en los diferentes tejidos. El aparato genitourinario contiene gran cantidad de receptores para estrógenos, por lo que la disminución del nivel hormonal suele provocar cambios.

Durante mucho tiempo, el estudio de estos cambios se ha focalizado en la vagina y en la vulva, en lo que se denominaba atrofia vulvovaginal postmenopáusica. Sin embargo, se ha comprobado que las vías urinarias también se ven afectadas, y en su conjunto conforman lo que se denomina síndrome genitourinario de la menopausia (SGUM).

 

¿Cuáles son los síntomas del Síndrome Genitourinario de la Menopausia?

 

Las mujeres que sufren este síndrome presentan una serie de síntomas y signos característicos, de forma individualizada y probablemente distinta para cada una. Los síntomas más molestos son la sequedad vaginal y la consecuente molestia o dolor en las relaciones sexuales. Pero en diferentes grados también se puede presentar picor y/o irritación vulvar, incontinencia urinaria, etc. En la tabla 1 están descritos la mayoría de los síntomas, y algunos de los signos más característicos, que se pueden apreciar en la exploración física de los genitales en la consulta médica.

Las consecuencias de estas alteraciones sobre la calidad de vida y la sexualidad de las mujeres son obvias, en cuanto a que se producen dificultades en la respuesta sexual que pueden disminuir el deseo sexual, pero también en cuanto a la presencia crónica de síntomas o al aumento del riesgo de infecciones urinarias y vaginales de repetición.

 

Sindrome Genitourinario de la Menopausia
Tabla 1. Síntomas y signos del SGUM

 

¿Cómo se produce el Síndrome Genitourinario de la Menopausia?

 

Cuando disminuye el nivel de estrógenos el llegar a la menopausia, los tejidos que tienen mayor cantidad de receptores para estas hormonas ven afectadas su función y su grosor. El adelgazamiento de las paredes de la vagina, vulva y vías urinarias incide de forma directa en su funcionalidad.

Si tomamos la vagina como referencia, podemos describir una pared delgada, donde los receptores para las sensaciones dolorosas están muy próximos a la superficie. La producción de exudado que conforma el flujo vaginal también está reducida y esta es la razón de que se perciba sequedad vaginal y de que la respuesta de lubricación que sigue al estímulo sexual también sea más escasa, lo cual puede afectar a la calidad de las relaciones sexuales. Si hay mucha sequedad se puede generar dolor en las relaciones sexuales, que se conoce con el nombre de dispareunia.

 

 

También se producen modificaciones en los mecanismos de defensa de la vagina, como la composición de la microbiota, es decir de los microorganismos que forman parte del ecosistema vaginal. El flujo es más escaso y contiene menos sustancias beneficiosas, como por ejemplo el glucógeno. Los lactobacilos, que son los microorganismos dominantes en condiciones de normalidad, necesitan glucógeno para producir ácido láctico y mantener el pH del medio reducido, evitando así que las bacterias patógenas sobrecrezcan.

Al disminuir el glucógeno, los lactobacilos también se reducen y no pueden producir ácido láctico, por lo cual tanto la vagina como las vías urinarias se hacen más susceptibles de sufrir infecciones.

 

¿Cómo evitar las consecuencias del Síndrome Genitourinario de la Menopausia?

 

La intención que tenemos cuando tratamos el SGUM es la de mantener unas condiciones fisiológicas adecuadas a la evolución de la edad de la mujer, siempre que estas no provoquen sintomatología local y permitan una vida sexual satisfactoria.

El uso de estrógenos locales forma parte de la primera línea de tratamiento, pues consiguen revertir con éxito la mayoría de los efectos del déficit estrogénico. Se presentan en cremas, óvulos y anillo para la inserción en la vagina. También existen óvulos de DHEA o Prasterona, y un tratamiento vía oral en forma de pastillas llamado Ospemifeno, con los mismos resultados.

Para el tratamiento sintomático también se recomiendan los hidratantes y lubricantes vaginales, estos últimos para favorecer la experiencia sexual.

 

 

Uno de los tratamientos coadyuvantes más importantes consiste en el uso de productos probióticos para equilibrar la composición de la microbiota y de este modo disminuir la frecuencia de infecciones de repetición.

Los productos probióticos contienen lactobacilos, y en ocasiones otras sustancias asociadas que favorecen su función en la mejora de los mecanismos de defensa. Hemos de entender que no todos los productos probióticos son iguales y que se deben recomendar aquellos que contengan lactobacilos con eficacia probada en la vagina y/o en las vías urinarias.

Los probióticos recomendados como prevención de las infecciones urinarias de repetición contienen lactobacilos que han mostrado su eficacia frente a los patógenos urinarios, (como es el caso de L. plantarum CECT8675 y L. plantarum CECT8677), además de arándano rojo americano (Vaccinum macrocarpon) y vitamina C. El extracto de arándano también tiene eficacia probada en la prevención de infecciones del tracto urinario producidas por E. coli, el patógeno sin duda más frecuentemente involucrado; y la vitamina C contribuye a la mejora de las defensas inmunológicas.

Los probióticos que se utilizan para la prevención de infecciones vaginales de repetición contienen lactobacilos (como por ejemplo L.rhamnosus Lcr35®) que han sido probados para el tratamiento y prevención de vaginosis bacterianas, vulvovaginitis por hongos y otras vaginitis infecciosas. A estos productos se les suela añadir vitamina A, que contribuye al mantenimiento y buen funcionamiento de la mucosa vaginal.

La recuperación de la microbiota va a ser un factor importante en la recuperación de la funcionalidad de los tejidos en el SGUM, pues los lactobacilos van a contribuir a la disminución del pH vaginal, para favorecer así su crecimiento y estabilidad, evitar infecciones y mejorar la sequedad vaginal.

Cada vez son más los estudios que evidencian una mejora en la calidad de vida y en la sexualidad de las mujeres con SGUM con los tratamientos propuestos, y se están diseñando estudios que nos den aún más argumentos para el uso coadyuvante de los probióticos en estas mujeres para mantener las condiciones de funcionalidad y salud que necesitan.

 

Bibliografía y lecturas recomendadas:

 

  • Guía de actuación y documento de consenso sobre el manejo de preparados con probióticos y/o prebióticos en la farmacia comunitaria SEFEC y SEPyP. 2018. ISBN: 978-84-09-01961-8
  • Suárez E, Beltrán DA, Daza M, González SP, Guerra JA, Jurado AR, Ojeda D, Rodríguez JM. La microbiota vaginal: composición y efectos beneficiosos. Consenso sobre usos de los probióticos en Ginecología. Disponible en: http://www.sepyp.es/probiot_vaginales.pdf
  • Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso de probióticos vaginales. Madrid: EDIMSA Editores Médicos AS, 2012. ISBN-13: 978-84-7714-377-2
  • Jurado AR, Allué J, Pérez S. Retrato de um probiótico. Noticias Médicas. 16-30 Junio 2010: 3960
  • Menoguía: Salud Vaginal. Serie de Menoguías de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. AEEM: 2014. Disponible en www.aeem.es
  • Navarro Moll MªC, Losa Domínguez F, Gálvez Peralta JJ, Rodríguez Nogales A, Suárez Fernández E, Guarner Aguilar F, Mendoza Ladrón de Guevara N. El uso de probióticos durante la peri y la postmenopausia, MenoGuía AEE. Primera edición 2020. Editorial Universidad de Granada. ISBN(e): 978-84-338-6696-7
  • Baquedano L, Sánchez S, Aznar T, Cancelo MJ, Escribano JJ, González S, Iglesias E, Jaimes J, Manubens M, Puy J, Mendoza N, Sánchez-Borrego R, Palacios S. Síndrome genitourinario de la menopausia, MenoGuía AEE. Primera edición 2020. Editorial Universidad de Granada. ISBN (e): 978-84-338-6694-3
  • Lactobacillus plantarum CECT8675 y Lactobacillus plantarum CECT8677 depositadas por AB-Biotics, S.A. en la Colección Española de Cultivos Tipo bajo Tratado de Budapest.
  • Coudeyras S, Jugie G, Vermerie M, Forestier C. Adhesion of human probiotic Lactobacillus rhamnosus to cervical and vaginal cells and interaction with vaginosis-associated pathogens. Infect Dis Obstet Gynecol. 2008;2008:549640. doi: 10.1155/2008/549640. Epub 2009 Jan 27. PMID: 19190778; PMCID: PMC2631649.

Autora:

Ana Rosa Jurado. Doctora en Medicina. Sexóloga.

Coordinadora del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Coordinadora del Grupo para el Estudio de la Salud Sexual de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (GESS_AEEM). Directora del Instituto Europeo de Sexología en Marbella (Málaga).

 

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