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Causas poco conocidas de diarrea: consejos para identificarlas y mejorarlas con la dieta

causas poco comunes de la diarrea
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    Una de las causas más frecuentes de diarrea son las infecciones por virus, bacterias y parásitos. Estas diarreas suelen mejorar en 2-3 días con un tratamiento adecuado y no suelen complicarse.

    Sin embargo, hay veces que la diarrea es la primera manifestación de una enfermedad crónica que conviene identificar a tiempo.

    Te contamos las causas poco conocidas de diarrea y cómo puedes actuar sobre ellas a través de tu alimentación y los probióticos.

     

    Causas de diarrea frecuentes

    Una de las causas más habituales de diarrea es la infección por virus, bacterias y parásitos que dan lugar a más de 3 deposiciones acuosas diarias que se resuelven antes de 7 días1.

    En los niños las causas más frecuentes de diarrea aguda son las infecciones víricas, siendo el rotavirus y el norovirus los principales culpables. Otras veces la diarrea está causada por las bacterias Campylobacter y Salmonella. En los adultos, los principales causantes de la diarrea son las bacterias (p. ej., Escherichia coli, Bacillus cereus), los virus (p. ej., rotavirus y adenovirus) y los parásitos (p. ej., Giardia lamblia, Cryptosporidium parvum y Entamoeba histolytica)1.

    Otras causas que pueden producir diarrea aguda son2:

    • El sobrecrecimiento de hongos (p. ej., Candida albicans)
    • Algunos medicamentos (p. ej., antibióticos, laxantes, antiácidos, inhibidores de la bomba de protones de la familia del omeprazol, diuréticos, tiroxina y colestiramina, entre otros)
    • Otras causas: primer brote de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, alergia alimentaria e inicio de una enfermedad crónica (síndrome del intestino irritable, colitis microscópica, enfermedad celíaca, sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, etc.)

     

    Causas de la diarrea poco conocidas

    La diarrea crónica se define como unas heces sueltas o líquidas, con urgencia o malestar abdominal, o un aumento en su frecuencia de más de 4 semanas de duración3.

    Se estima que más del 5% de las personas tienen diarrea de forma crónica y que cerca del 40% de quienes la presentan son mayores de 60 años3.

    Identificar la causa de la diarrea crónica no es fácil porque hay muchos problemas de salud digestivos y no digestivos que se acompañan de diarrea. De hecho, hasta dos de cada tres casos de personas diagnosticadas con síndrome del intestino irritable con predominio de diarrea son en realidad debidos a4:

    • Enfermedad celíaca
    • Intolerancias alimentarias
    • Deficiencias de disacaridasas (p. ej., déficit de sacarasa-isomaltasa)
    • Ingesta excesiva de carbohidratos poco fermentables (FODMAPs)
    • Alergias (síndrome de alfa-Gal o alergia a la carne roja, desórdenes de los eosinófilos)
    • Malabsorción de ácidos biliares
    • Insuficiencia pancreática
    • Efectos secundarios de algunos medicamentos o complementos alimenticios
    • Síndrome de activación mastocitaria
    • Desequilibrios en la microbiota intestinal (p. ej., sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, sobrecrecimiento de hongos e síndrome del intestino irritable post-infeccioso)

     

    Ten en cuenta que si además de la diarrea tienes alguna de las siguientes señales de alarma deberás acudir a tu médico5:

    • Pérdida de peso involuntaria
    • Fiebre por encima de 38 ºC o de duración superior a 48 horas
    • Heces que contienen sangre, pus, moco o son de color negro
    • Anemia
    • Dolor abdominal intenso que no mejora con la deposición
    • Despertar nocturno con dolor o diarrea
    • Boca y lengua secas, somnolencia y disminución de las ganas de orinar (son señales de deshidratación)
    • Presentación en varias personas del mismo cuadro diarreico y que hayan tomado los mismos alimentos
    • Sospecha ante la utilización de un medicamento
    • Persistencia de la diarrea a pesar de seguir las recomendaciones de tu médico o farmacéutico

     

    Cómo tratar la diarrea aguda 

    Los dos pilares para tratar la diarrea aguda son la rehidratación oral y la reintroducción precoz de la alimentación.

    La reposición de líquidos y electrolitos debes realizarla por vía oral a través de sueros orales comerciales basados en las recomendaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas.

    Las bebidas isotónicas del supermercado y los zumos comerciales (p. ej., el zumo de manzana comercial diluido) están contraindicadas para la diarrea porque no contienen la composición adecuada de electrolitos y debido a su contenido en azúcar podrían empeorar la diarrea. La limonada alcalina casera a base de azúcar, sal, bicarbonato y zumo de limón también está desaconsejada debido a que se pueden producir errores en la cantidad de sus componentes durante la preparación.

    Los probióticos son efectivos en varios tipos de gastroenteritis agudas y acortan la duración de la diarrea en un día y mejoran su evolución, unos beneficios que se observan en el segundo día de tratamiento. Para que los probióticos sean efectivos a la hora de frenar la diarrea es importante empezar a tomarlos lo antes posible cuando tengas el primer episodio de diarrea6.

    La mezcla de Lactobacillus paracasei Lpc-37®, L. acidophilus NCFM®, Bifidobacterium lactis Bi-07® y B. lactis Bl-04® disponible en forma de suero oral para los primeros 3-5 días de la diarrea y en forma de frasco (protector intestinal Lactoflora) para la restauración completa de la microbiota ha mostrado ser efectiva para reducir la diarrea secundaria a antibióticos en 3 días7.

    Si la diarrea es grave puede ser necesario una rehidratación por vía intravenosa. En los pacientes con diarrea grave y en los que el cultivo de las heces ha salido positivo para alguno de los microorganismos responsables, se elegirá el antibiótico adecuado en función del microorganismo aislado.

    Durante las primeras 24-48 horas del inicio de la diarrea, la dieta debe ser líquida para ir reintroduciendo poco a poco los alimentos en pequeñas cantidades:

    • Primero empieza con pequeñas cantidades de alimentos astringentes (agua de arroz, té verde infusionado durante 5 minutos y yogur)
    • Después continúa con sopa suave de fideos, jamón cocido, plátano, pollo, pescado blanco al vapor, patata, manzana cocida, membrillo y pan tostado
    • Deja para el final los alimentos con fibra (fruta cruda, verduras, ensaladas y legumbres), con un alto contenido en grasa, las espinacas, los cítricos, el café y las bebidas con gas

     

    Cómo tratar la diarrea crónica 

    El tratamiento de la diarrea crónica debe ir dirigido a corregir la causa que ha provocado la diarrea (p. ej., dieta sin gluten en la celiaquía).

    En los casos en los que no existen tratamientos efectivos para corregir el origen de la diarrea, como ocurre en la diarrea del síndrome del intestino irritable, se utilizarán tratamientos encaminados a mejorar los síntomas.

    Algunas intervenciones que han mostrado ser efectivas para aliviar los síntomas de la diarrea crónica son8-10:

    • Agentes adsorbentes, como las arcillas y las resinas de unión de carbón activado y ácidos biliares.
    • Fibra soluble: las fibras solubles (p. ej., psyllium) pueden retener el agua a través de la formación de un gel y consiguen que las heces sean firmes. Sin embargo, las fibras insolubles como el salvado de trigo, los cereales ricos en salvado y los cereales integrales están contraindicados si tienes diarrea porque son irritantes para la mucosa intestinal.
    • Probióticos: han mostrado ser efectivos para mejorar los síntomas globales del síndrome del intestino irritable, el dolor, la distensión y los gases. Su eficacia depende de la cepa, la dosis y la duración de su empleo. Las cepas probióticas más estudiadas para la diarrea asociada al síndrome del intestino irritable son algunas especies de Lactobacillus y Bifidobacterium y Saccharomyces boulardii. Para otras causas de diarrea crónica consulta a tu médico o farmacéutico.

     

    Prevenir la diarrea con la dieta 

    Todas las personas con diarrea aguda (o que estén en contacto con ellas) deben extremar las medidas higiénicas para evitar el contagio. Esto se consigue lavándote las manos de forma frecuente con jabón, limpiando todas las superficies con lejía y no manipular ni cocinar los alimentos al menos hasta 3 días tras haber pasado una diarrea aguda.

    Para la diarrea crónica no existe una dieta mágica que sirva para prevenirla. La clave está en cuidar tu alimentación, mimar a tu mucosa intestinal y a tu microbiota con probióticos y prebióticos con respaldo científico y pedir ayuda a un médico para que te haga un diagnóstico adecuado.

     

    Conclusión

    La diarrea aguda suele mejorar en 2-3 días con un tratamiento adecuado y no suelen complicarse.

    Hay veces que la diarrea es la primera manifestación de una enfermedad crónica que conviene identificar a tiempo.

    Los dos pilares para tratar la diarrea aguda son la rehidratación oral con probióticos y la reintroducción precoz de la alimentación.

    El tratamiento de la diarrea crónica debe ir dirigido a corregir la causa que ha provocado la diarrea y, cuando no es posible, corregir los síntomas.

     

    Referencias:

    1. Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos y Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria. Guía de actuación y documento de consenso sobre el manejo de preparados con probióticos y/o prebióticos en la farmacia comunitaria SEFAC y SEPyP.
    2. Bujanda Fernández de Piérola L, Barrio Andrés J. Diarrea aguda. En: Tratamiento de las enfermedades gastroenterológicas. Asociación Española de Gastroenterología. Madrid: Springer Healthcare Ibérica S.L.; 2020. 4ª edición. p. 61-69.
    3. Esteve Comas M, Martín Cardona A. Diarrea crónica. En: Tratamiento de las enfermedades gastroenterológicas. Asociación Española de Gastroenterología. Madrid: Springer Healthcare Ibérica S.L.; 2020. 4ª edición. p. 71-82.
    4. Frissora CL, Schiller LR. Getting the BS out of irritable bowel syndrome with diarrhea (IBS-D): let’s make a diagnosis. Curr Gastroenterol Rep. 2023; 26:20-29. doi: 10.1007/s11894-023-00909-1.
    5. Rodríguez A, Gregorio S, Fente CA, et al. Guía de actuación farmacéutica a pie de mostrador: uso de probióticos en patologías clínicas. Madrid: SEFAC; 2022.
    6. Guarner F, Sanders ME (cords.). Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología. Probióticos y prebióticos. Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/probiotics-and-prebiotics/probiotics-and-prebiotics-spanish (consultado el 16 de enero de 2024).
    7. Ouwehand AC, DongLian C, Weijian X, et al. Probiotics reduce symptoms of antibiotic use in a hospital setting: a randomized dose response study. Vaccine. 2014; 32(4):458-463. doi: 10.1016/j.vaccine.2013.11.053.
    8. Schiller LR, Pardi DS, Sellin JH. Chronic diarrhea: diagnosis and management. Clin Gastroenterol Hepatol. 2017; 15(2):182-193.e3. doi: 10.1016/j.cgh.2016.07.028.
    9. Wang F, Zhao T, Wang W, et al. Meta-analysis of the efficacy of probiotics to treat diarrhea. Medicine (Baltimore). 2022; 101(38):e30880. doi: 10.1097/MD.0000000000030880.
    10. Gill SK, Rossi M, Bajka B, et al. Dietary fibre in gastrointestinal health and disease. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2021; 18(2):101-116. doi: 10.1038/s41575-020-00375-4.

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