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Cómo la microbiota influye en el ciclo menstrual

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    La microbiota intestinal y vaginal cambian a lo largo de tu vida en función de la alimentación y la producción de estrógenos.

    El inicio de la menstruación en la pubertad se relaciona con un aumento del grosor del epitelio vaginal, una mayor lubricación de la vagina y la producción de glucógeno que sirve para nutrir la mucosa vaginal y es el alimento de la microbiota. Estas condiciones se mantienen después en la edad adulta y permiten la colonización de la vagina por los lactobacilos que mantienen a raya a los microorganismos responsables de la vaginosis bacteriana y la vulvovaginitis candidiásica.

    Te contamos cómo cambia tu microbiota durante el ciclo menstrual y qué puedes hacer para fortalecer tu salud íntima en la edad fértil y cuando llegue la menopausia.

     

    Microbiota y estroboloma

    Tu microbiota te defiende de los patógenos, te ayuda a digerir y absorber los nutrientes de los alimentos, regula el sistema inmunitario y también puede tener un papel clave en tu bienestar emocional.

    Una función menos conocida de tu microbiota intestinal es la de regular tus niveles de estrógenos. Estas hormonas te preparan para la fecundación, regulan tus niveles de colesterol, protegen tus huesos y ayudan a la formación del colágeno1.

    A la parte de tu microbiota intestinal que regula los niveles de estrógenos en tu cuerpo se la conoce como estroboloma. Esta función la lleva a cabo a través de fabricar una enzima llamada b-glucuronidasa, que metaboliza y activa a los estrógenos cuando es necesario. Una vez activados, los estrógenos pueden volver a entrar en la circulación sanguínea y llevan a cabo sus funciones después de unirse a sus receptores2.

    Además, los estrógenos también pueden favorecer el crecimiento de algunas bacterias con propiedades beneficiosas para la salud, mientras que inhiben a algunas bacterias patógenas. Por el contrario, los estrógenos que no se activan pasan a la sangre y al hígado y desde allí se eliminan del cuerpo2.

     

    La capacidad de tu microbiota intestinal de influir en los niveles de estrógenos tiene dos implicaciones para tu salud3:

    • Si la microbiota intestinal está equilibrada, los estrógenos se activarán en su justa medida.
    • La reducción de los niveles de estrógenos que se produce con la llegada de la menopausia se acompaña de una pérdida de diversidad de la microbiota vaginal. Esto se traduce en una atrofia de la mucosa vaginal, una menor producción de moco y un aumento del riesgo de infecciones debido a un aumento del pH secundario a la sustitución de los lactobacilos por bacterias intestinales y de la piel.

     

    Hormonas y ciclo menstrual

    Tu microbiota vaginal cambia a lo largo de la vida, en parte debido a que tus niveles de hormonas influyen en el tipo de microorganismos (bacterias o levaduras) que va a predominar más.

    En las mujeres en edad fértil un 75% de los microorganismos de la vagina son lactobacilos que mantienen un pH ácido con un efecto protector frente a las infecciones. En el embarazo (sobre todo durante el tercer trimestre) el papel protector de la microbiota de la vagina se potencia para prevenir las infecciones de la madre y del bebé4.

    Aunque la microbiota vaginal suele permanecer estable durante la menstruación, en algunas mujeres la sangre menstrual aumenta el pH de la vagina y favorece el crecimiento de bacterias patógenas como Gardnerella vaginalis y especies de Prevotella que se relacionan con un desequilibrio de la microbiota vaginal. Este aumento de la diversidad de la microbiota vaginal regresa a la normalidad cuando finaliza la menstruación5.

    Sin embargo, en las mujeres menopáusicas la microbiota vaginal es mixta y se acompaña de un aumento del pH que favorece la aparición de infecciones vaginales y urinarias4,5.

    A su vez, la microbiota vaginal guarda una estrecha relación con la microbiota intestinal, aunque tengan funciones distintas. Esto significa que una mala salud digestiva puede ser la antesala de las infecciones genitourinarias.

     

    Síntomas de exceso de estrógenos

    Cuando hay un desequilibrio de la microbiota intestinal es posible que las bacterias intestinales produzcan más enzima b-glucuronidasa de la necesaria. La repercusión directa de esto es una reactivación de los estrógenos en la luz del intestino, que vuelven a reabsorberse y pueden dar lugar a un exceso de estrógenos, hiperestrogenismo o trastorno del metabolismo de los estrógenos.

    Esta situación se ha descrito en algunas mujeres y puede tener repercusiones en aquellas mujeres con una alteración de base en su salud hormonal, por ejemplo, aquellas que sufren de endometriosis6.

    Actualmente hay diferentes estudios en marcha que investigan el impacto en el ciclo menstrual del exceso de estrógenos por una disbiosis intestinal. Algunas de las consecuencias del exceso de estrógenos para tu salud son unas menstruaciones irregulares, problemas de fertilidad y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares como la obesidad e incluso enfermedades neurodegenerativas6.

     

    Conexión entre la salud intestinal, una microbiota alterada y la salud menstrual

    Tener una microbiota intestinal y vaginal sana y equilibrada influye en tu salud menstrual. Está claro que no puedes luchar frente a la interrupción de la producción de estrógenos con la llegada de la menopausia. Sin embargo, si llegas a la menopausia con un estroboloma en forma, los estrógenos se mantendrán más activos y esto puede ayudarte a llevar mejor los sofocos, la sequedad vaginal, las infecciones de orina y el aumento de peso que son característicos de esta etapa de la vida.

    Los probióticos pueden ayudarte a mantener una microbiota intestinal equilibrada y esto puede repercutir en la activación de los estrógenos. Por ejemplo, las cepas Lactobacillus acidophilus NCFM®, L. paracasei Lpc-37®, Bifidobacterium lactis Bl-04® y B. lactis Bl-07® son un buen aliado para la salud de tu estroboloma porque se han relacionado con una microbiota intestinal equilibrada y un mejor bienestar intestinal y de tus defensas.

    El segundo nivel de actuación a la hora de corregir la pérdida de lactobacilos de la microbiota vaginal que acompaña la menstruación y la menopausia es a través del empleo de cepas específicas para fortalecer el bienestar íntimo como L. rhamnosus Lcr35®. Se trata de un probiótico de administración por vía oral que se acumula en la última parte del intestino grueso y desde allí viaja a la vagina para desplazar a las bacterias patógenas que aumentan con los cambios hormonales del ciclo menstrual.

    Además del empleo de probióticos con respaldo científico y acompañados de prebióticos, una higiene íntima adecuada con productos sin jabón y una alimentación saludable rica en frutas y verduras frescas son buenas prácticas que te ayudan a cuidar la microbiota vaginal. Por el contrario, conviene que evites una higiene íntima excesiva (más de 2 veces al día), las duchas vaginales y los jabones antisépticos que son agresivos para la microbiota vaginal.

    Estudios recientes también han mostrado que algunas cepas de lactobacilos como L. reuteri ATCC PTA 6475 ayudan a revertir la disbiosis de la menopausia en las mujeres con una baja densidad mineral ósea y pueden ayudar a prevenir la osteoporosis a través de mantener el equilibrio de los estrógenos7.

     

    Conclusión

    La microbiota intestinal cambia a lo largo de la vida de la mujer y puede regular los niveles de estrógenos que circulan en la sangre.

    Llegar a la menopausia con un estroboloma en forma te puede ayudar a llevar mejor los sofocos, la sequedad vaginal, las infecciones de orina y la ganancia de peso.

    Algunos probióticos han mostrado ser efectivos y seguros para equilibrar la microbiota intestinal y corregir la pérdida de lactobacilos de la microbiota vaginal que acompaña a la menstruación y la menopausia.

     

    Referencias:

    1. Baker JM, Al-Nakkash L, Herbst-Kralovetz MM. Estrogen-gut microbiome axis: physiological and clinical implications. Maturitas. 2017; 103:45-53. doi: 10.1016/j.maturitas.2017.06.025.
    2. Sisk-Hackworth L, Kelley ST, Thackray VG. Sex, puberty, and the gut microbiome. Reproduction. 2023; 165(2):R61-R74. doi: 10.1530/REP-22-0303.
    3. Chen KL, Madak-Erdogan Z. Estrogen and microbiota crosstalk: should we pay attention? Trends Endocrinol Metab. 2016; 27(11):752-755. doi: 10.1016/j.tem.2016.08.001.
    4. Álvarez-Calatayud G, Suárez E, Rodríguez JM, et al. La microbiota en la mujer; aplicaciones clínicas de los probióticos. Nutr Hosp. 2015; 32(Supl. 1):56-61. doi: 10.3305/nh.2015.32.sup1.9481.
    5. Krog MC, Hugerth LW, Fransson E, et al. The healthy female microbiome across body sites: effect of hormonal contraceptives and the menstrual cycle. Hum Reprod. 2022; 37(7):1525-1543. doi: 10.1093/humrep/deac094.
    6. Tao Z, Cheng Z. Hormonal regulation of metabolism-recent lessons learned from insulin and estrogen. Clin Sci. 2023; 137(6):415-434. doi: 10.1042/CS20210519.
    7. Li P, Ji B, Luo H, et al. One-year supplementation with Lactobacillus reuteri ATCC PTA 6475 counteracts a degradation of gut microbiota in older women with low bone mineral density. NPJ Biofilms Microbiomes. 2022; 8(1):84. doi: 10.1038/s41522-022-00348-2.

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