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¿Qué tipos de disbiosis genitourinaria existen y cómo puedes mejorarlas?

El desequilibrio de la composición y/o las funciones de la microbiota que de forma natural se encuentra en la vagina, las vías urinarias y el endometrio se relaciona con la aparición de infecciones genitourinarias y problemas de fertilidad.

Las infecciones vulvovaginales son un problema muy común que puede afectar a niñas y mujeres en cualquier momento de su vida. Uno de los problemas que plantean es que se vuelven recurrentes en la mitad de las mujeres que las desarrollan1.

Descubre los tipos de disbiosis genitourinaria que existen y cómo puedes mantenerlas a raya.

 

Disbiosis vaginal

La disbiosis vaginal se produce cuando hay una alteración de la microbiota de la zona íntima, que es muy compleja y está formada por más de 30 géneros y 70 especies de lactobacilos.

Esta disbiosis se produce por dos motivos2,3:

  • Un sobrecrecimiento del hongo Candida, que es el tipo de infección vulvovaginal más frecuente. En el 90% de las mujeres el hongo que se identifica es Candida albicans y para considerarse una vulvovaginitis candidiásica se tiene que acompañar además de una inflamación de la mucosa vaginal y/o de la piel de la vulva.
  • Un reemplazo de los lactobacilos de la vagina por una microbiota mixta formada por Gardnerella vaginalis, Mycoplasma hominis y bacterias a las que no les gusta el oxígeno (especies de Mobiluncus y Bacteroides).

Es importante que tu ginecólogo averigüe el tipo de infección vaginal que tienes, porque si te tratas por tu cuenta puede ser que no actúes sobre la causa que la ha desencadenado y desarrolles recidivas más adelante.

Además de estos dos tipos de disbiosis vaginales, hay un tipo de infecciones vulvovaginales, poco frecuentes en países occidentales, que se producen por transmisión sexual debido al protozoo Trichomonas vaginalis.

Las vulvovaginitis no infecciosas también son otra causa de disbiosis vaginal y, a diferencia de la vulvovaginitis por Candida y la vaginosis bacteriana, no hay un microorganismo responsable identificado. Este tipo de disbiosis transitorias suelen ser de tipo alérgico a los perfumes de las compresas o protege slips.

Los microorganismos que protegen la vagina del ataque y la colonización de patógenos indeseados pueden cambiar y, en algunas mujeres, este desequilibrio se acompaña de infecciones vulvovaginales. De hecho, 7 de cada 10 mujeres sufre infecciones vaginales al menos una vez a la vida según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego)4.

Algunos factores de riesgo que favorecen la aparición de una disbiosis vaginal son5:

  • Uso de antibióticos, especialmente los de amplio espectro como la combinación amoxicilina-ácido clavulánico
  • Situaciones de estrés físico o psicológico
  • Higiene excesiva o deficiente en los genitales: las duchas vaginales eliminan la microbiota genital
  • Situaciones o enfermedades que debilitan el sistema inmunitario: VIH, lupus, quimioterapia, radioterapia y tratamientos con medicamentos inmunosupresores
  • Diabetes mal controlada
  • Ser una mujer de procedencia latinoamericana, asiática o africana

 

Disbiosis endometrial

El recubrimiento interno del útero o endometrio también tiene su propia microbiota, al igual que la vagina. La principal diferencia entre ambas es que la microbiota endometrial es 1000 veces menos densa y además de lactobacilos contiene otras especies de bacterias6.

Una microbiota endometrial desequilibrada o disbiosis endometrial puede aumentar el riesgo de tener problemas de fertilidad (como fallos de la implantación del óvulo y abortos) y endometritis (inflamación del endometrio). Esto es debido a que el equilibrio de la microbiota endometrial es importante para que tenga lugar la implantación correcta del óvulo.

La principal aplicación que tiene hoy en día la microbiota del endometrio es su estudio en mujeres que no pueden quedarse embarazadas, con varios abortos o que han recibido varios ciclos de tratamientos de reproducción asistida con fallos de implantación del óvulo. Por ejemplo, se estima que el 40% de las mujeres que se someten a una fecundación in vitro tienen una disbiosis endometrial que, si se acompaña de una endometritis crónica, se puede tratar con antibióticos7.

 

Tratamiento de las disbiosis genitourinarias

Uno de los pilares clave para mejorar la disbiosis vaginal es repoblar la microbiota vaginal con probióticos con respaldo científico.

El probiótico Lacticaseibacillus rhamnosus Lcr 35® es uno de los más estudiados para favorecer el crecimiento de lactobacilos en la vagina. Se trata de una cepa probiótica con efectos positivos en casos de desequilibrios de la microbiota íntima, vaginosis bacteriana, vulvovaginitis candidiásica y sequedad vaginal.

Además, debido a la estrecha conexión que existe entre la microbiota vaginal y la microbiota de las vías urinarias, repoblar la microbiota vaginal con probióticos a base de lactobacilos repercute en una mejor salud urinaria.

El escozor y las molestias de la disbiosis vaginal provocada por las reacciones de tipo alérgico a los perfumes de las compresas o los protege slips también se alivian con probióticos.

Sin embargo, el papel de los probióticos para corregir la disbiosis endometrial apenas se ha estudiado. La disbiosis endometrial por un sobrecrecimiento de patógenos es una causa de endometritis crónica. Cuando tu médico te la trate con antibióticos es conveniente añadir un probiótico como este para ayudar a prevenir la diarrea y la pérdida de la diversidad de la microbiota intestinal secundarias al tratamiento con los antibióticos. Es importante recalcar aquí que los probióticos por sí solos no corregirán la disbiosis endometrial, pero pueden ayudar a reducir los efectos secundarios de los antibióticos a nivel digestivo8.

 

Otros factores que pueden disminuir las posibilidades de desarrollar disbiosis genitourinarias son5:

  • Utilizar ropa interior de algodón y cambiarla de 1 a 2 veces al día
  • Utilizar métodos anticonceptivos combinados o solo con gestágenos
  • Seguir una alimentación rica en folatos, vitamina E y calcio

 

Conclusión

 La disbiosis vaginal tiene como origen un desequilibrio de la microbiota de la vagina y se vuelve recurrente si no se diagnostica y se trata de forma correcta.

La disbiosis endometrial se relaciona con la aparición de problemas de fertilidad e infecciones vulvovaginales.

Para mantener a raya las disbiosis genitourinarias es importante que sigas una alimentación equilibrada, incluyas probióticos con respaldo científico para fortalecer tu bienestar íntimo, uses ropa interior de algodón, evites los lavados vaginales y las compresas con perfumes y no mantengas relaciones sexuales durante el período de tratamiento.

 

Referencias: 

  1. SEMERGEN. Recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginales en atención primaria. 2018. Disponible en: https://semergen.es/files/docs/grupos/atencionMujer/Publicaciones/Vulvovaginales-ap.pdf (consultado el 19 de julio de 2023).
  2. Álvarez Calatayud G, Guarner Aguilar F, eds. Microbiota, probióticos y prebióticos. Evidencia científica. Majadahonda (Madrid): Ergon, 2022.
  3. Petrova MI, Lievens E, Malik S, et al. Lactobacillus species as biomarkers and agents that can promote various aspects of vaginal health. Front Physiol. 2015; 6:81. doi: 10.3389/fphys.2015.00081.
  4. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginales. Prog Obstet Ginecol. 2022; 65:61-75.
  5. Han Y, Liu Z, Chen T. Role of vaginal microbiota dysbiosis in gynecological diseases and the potential interventions. Front Microbiol. 2021; 12:643422. doi: 10.3389/fmicb.2021.643422.
  6. Moreno I, Garcia-Grau I, Perez-Villaroya D, et al. Endometrial microbiota composition is associated with reproductive outcome in infertile patients. Microbiome. 2022; 10(1):1. doi: 10.1186/s40168-021-01184-w.
  7. Vitagliano A, Saccardi C, Noventa M, et al. Effects of chronic endometritis therapy on in vitro fertilization outcome in women with repeated implantation failure: a systematic review and meta-analysis. Fertil Steril. 2018; 110(1):103-112.e1. doi: 10.1016/j.fertnstert.2018.03.017.
  8. Kitaya K, Takeuchi T, Mizuta S, et al. Endometritis: new time, new concepts. Fertil Steril. 2018; 110(3):344-350. doi: 10.1016/j.fertnstert.2018.04.012.
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